🧂 Ingredientes (para 4 personas):
- 1 kg de tomates maduros
- 1 pepino (pelado)
- 1 pimiento verde (tipo italiano o similar)
- 1 diente de ajo (sin el germen para evitar que amargue)
- ½ cebolla pequeña (opcional)
- 50 g de pan duro (del día anterior, sin corteza)
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de vinagre de vino blanco o de jerez
- Sal al gusto
- 1 vaso de agua fría (ajusta según la textura que prefieras)
👩🍳 Preparación paso a paso:

1. Preparar los ingredientes
Lava bien los tomates, el pepino y el pimiento.
Corta todo en trozos medianos y ponlos en un recipiente grande.
2. Añadir el pan
Remoja el pan duro con un poco de agua fría o con el jugo de los tomates mientras cortas los demás ingredientes. Esto ayudará a espesar el gazpacho.
3. Licuar
Coloca todos los ingredientes (tomates, pepino, pimiento, ajo, cebolla y pan) en una licuadora o procesador de alimentos.
Agrega sal, vinagre y aceite de oliva.
Tritura todo muy bien hasta obtener una textura suave y homogénea.
4. Ajustar la textura
Si el gazpacho queda muy espeso, añade un poco de agua fría y mezcla de nuevo hasta alcanzar la consistencia deseada (ni demasiado líquida ni demasiado densa).
5. Colar (opcional)
Para un gazpacho más fino, pasa la mezcla por un colador o tamiz y elimina los restos de piel y semillas.
6. Refrigerar
Guarda el gazpacho en la nevera al menos 2 horas antes de servir.
El gazpacho debe servirse bien frío.
7. Servir
Sírvelo en tazones o vasos y añade por encima:
- Cubitos pequeños de pepino, pimiento y tomate (como topping)
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- Crutones o pan frito (opcional)
🍅 Consejos y variaciones:
- Si quieres un toque más suave, elimina las semillas de los tomates.
- Puedes añadir unas gotas de limón para realzar el sabor.
- También se puede preparar con un poco de sandía o fresa para una versión más fresca y moderna.
Origen del Gazpacho Andaluz:
El gazpacho tiene raíces muy antiguas en Andalucía, y originalmente era una mezcla de pan, aceite, vinagre y ajo que comían los campesinos para soportar el calor.
Con el tiempo, tras la llegada del tomate desde América, se convirtió en la refrescante sopa fría que conocemos hoy.